"SI PUEDO HACER CICATRICES, ¿ TENGO EL PODER DE SANARLAS?"
Hemos tenido que aprender a seder un poco de nosotros, un poco de esa pequeña y vulnerable porción de nuestra vida llamado, felicidad, para poder arreglar a alguien, reparar un error, curar una herida y reescribir historias. No puedes cambiar algo sin destruír lo que fue, y quizá no sea una palabra feliz pero es un alivio poder nombrar al olvido luego de todo.
Creer que estamos aquí como accidentes, porque nadie sabe muy bien a dónde va o de dónde viene, mucho menos por qué es un nadaísmo absoluto. Accidentes que se estrellan con otros accidentes provocando una colisión masiva que puede seder, perder partes de sí o quitarlas.
Aunque no siempre se pueda poner por delante la vida de los demás y considerar que eso es cariño, siempre habrá una colisión en donde se decide, salvar o matar.