No me levanto todos los días y me quiero. Tengo malos días, días horribles, días en los que no me apatece salir de la habitación o hablar con alguien. Días en los que siento que el mundo se olvida de que existo, y quedo recluída en un permanente e irritante abatimiento. Días en los que pienso que no tiene sentido pararme de la cama. Una batalla desafortunadamente solitaria que se vive dentro de un paraíso y un infierno interior. Es usar lo que quieras, encontrar tus alegrías, olvidarte de los medios y la gente que quiere imponerte cosas. Es amar cada centímetro de piel y células que te cubren...
Trying hard not to feel the emptiness